Al momento de elegir qué carrera seguir entran en juego cuestiones como habilidad, afinidad y rentabilidad futura. Preguntas como ¿Esta profesión será para mí? ¿Habrá mercado de trabajo?, deben ser evaluadas cuando se busca la realización profesional y financiera en la actividad escogida. Una vez elegido el curso universitario debe considerarse qué camino seguir para tener éxito profesional y qué aliados tener para ayudarme a recorrer este camino? Porque trabajar, desde el principio, de lo que está estudiando puede ayudarte a progresar en tu futura carrera.
Voy a responder estas preguntas contando mi historia profesional:
A los 17 años ya sabía que no seguiría la carrera de mi padre, la ingeniería. No era hábil con los números y tampoco me atraía la idea de ensuciarme en una obra. Por el contrario, me encantó la odontología. Usar ropa blanca y ayudar a las personas a tener una mejor sonrisa. Durante la carrera fui una de las mejores alumnas y logré una excelente realización profesional.
Con 33 años y ya 12 años de éxito profesional necesité un cambio de profesión. En ese momento, lo que parecía ser una opción fácil, se convirtió en una gran duda: Arquitectura o Derecho. Después de encontrar las respuestas, opté por el Derecho. Una vez más logre ser una excelente y reconocida alumna. Se preguntarán si también logré una carrera exitosa. La respuesta es no, porque no me preparé para la rutina de un abogado al inicio de mi carrera.
Todo parecía más difícil de lo que era y no contaba con algunas habilidades importantes. Aun así no desistí y trabajé como abogada. Tenía mucho conocimiento teórico, sin embargo no estaba preparada como el mercado requería. Mi currículum estaba bien pero no era lo suficientemente atractivo como para ser contratada en la actividad que yo queria realizar. Me sentía desmotivada. Pensé: “A pesar de mi edad, esta vez escogí mal”. Luego me di cuenta que no era así, me había faltado algo muy importante… Una estrategia para ingresar en el mercado de trabajo mientras estudiaba mi nueva carrera. No bastaba con estudiar, además necesitaba un trabajo direccionado en empresas reconocidas, que no sólo me preparasen para ser la profesional que el mercado busca, sino también para obtener un currículum que comprobase mi experiencia en estas empresas.
Una vez más decidí cambiar y entendí que la abogacía no era para mí. Comencé realizando un proceso de Coaching que me permitió elaborar estrategias de desarrollo apropiadas que sirvieron para conocer a fondo cuáles eran mis verdaderos objetivos como profesional y lograr así realizarme con éxito en mi nueva carrera.
En aquella época no existía nada parecido a la red social Estudia Trabajando. Hubiera sido muy diferente para mí.
Toda profesión tiene ventajas y desventajas. No hay una mejor que otra, sino la que se adapta más con las características y aptitudes naturales que contamos.
Durante la universidad nos estamos moldeando para ser un profesional; es el preciso momento de desarrollar habilidades por la teoría y principalmente por la práctica adecuada. Aquí se reconoce la importancia de trabajar desde el principio de lo que se está estudiando, principalmente en empresas reconocidas por el mercado.
Estudia Trabajando es un buen aliado ya que propone a todos los estudiantes trabajar de lo que estudian desde el primer momento de su carrera o curso. Ofreciéndoles, también en su portal, cursos para que continúen capacitándose.
Emília Pimenta
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